Mango ataulfo, la delicia Tapachulteca para el mundo

  • El fruto fue descubierto por Héctor Cano Flores, investigador e ingeniero agrónomo tamaulipeco.
  • El mango ataulfo, lleva el nombre de Ataulfo Morales, propietario del predio donde se seleccionó la variedad de mango M2, terrenos donde aún se pueden apreciar los árboles madre de mango.
  • En el 2019, previo al Covid, 22 mil toneladas de mango se exportaron a Estados Unidos, 8 mil toneladas se exportaron a Canadá y 2 mil toneladas a Europa, producción de mango ataulfo del Soconusco en el 2019.
  • El primer nombre del mango ataulfo fue: Insituto Mexicano del Café Mango 2. (I.M.C M2), esto por las siglas de esa dependencia y el título del proyecto.
  • En un inicio, el mango ataulfo fue rechazado, debido a su color y forma, ya que no era completamente redondo, ni chapeado, como los mangos que se vendían en Estados Unidos.
  • ¿Quién fue Héctor Cano Flores, descubridor del mango ataulfo?
  • Héctor Cano Flores, oriundo de Ciudad Victoria Tamaulipas, ingeniero agrónomo de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, realizó diversas investigaciones con más de 30 variedades de mango, para así encontrar el mango ataulfo. Además, realizo estudios sobre el café, y abono a la creación de variedades de cafe resistentes a la roya, en el centro de reproducción de Roya en Portugal, así como realizó pronósticos sobre las heladas en Brasil en 1975, entre otras investigaciones vinculadas con plantas de las regiones tropicales.

 

En el patio de la 7ª norte, entre central y primera oriente, con más de 80 años se encuentra los árboles madre de mango ataulfo, fruto identificado por el ingeniero agrónomo tamaulipeco, Héctor Cano Flores, quien fue el primero en realizar la selección del mango, hasta que encontró una de las mejores especies de ese fruto.

El mango ataulfo, identificado por Cano Flores —gracias a sus investigaciones y esfuerzos— logró que ese árbol se diseminará en toda la región Soconusco, y en el 2002, se logrará la denominación de origen.

El ingeniero Héctor Cano de la Torre, hijo del investigador Cano Flores, precisó que fue su padre quien seleccionó la variedad de mango, y las semillas de ese fruto de diferentes tipos de México, así como de Centroamérica, esa clasificación generó el mango ataulfo como hoy lo conocemos.

“Las semillas de mango de diferentes variedades, se trajeron de diversos lugares de la geografía mexicana y posiblemente también de Centroamérica, los cuales llegaron a poblar esta región, encontrándose con un clima singular y único para facilitar la reproducción de las especies tropicales que necesitan de la polinización cruzada, y así al ser este un cruzamiento de diferentes variedades se generan nuevas variedades en forma natural”, dijo.

Cano de la Torre, explicó que su padre realizó investigaciones a inicios de los años 60’s, época en la que selecciono los mejores mangos de la región, esto con el objetivo de un cultivo alternativo para la zona Sierra, que proporcionará sombra a las plantaciones de café, sin embargo, el mango en esos años no era apreciado, ya que en la región Costa-Soconusco, el principal cultivo era el algodón, producción que generó riqueza en la zona.

Explicó que fue en el Instituto Mexicano del Café (IMC), era el sitio en el que se realizaba la diversificación de cultivos en las regiones, y había plantaciones de café, ahí, en el segundo sector del IMC, en las oficinas del “Campo experimental Rosario Izapa”, el ingeniero Héctor Cano Flores, recolectó 32 variedades de mango de la región, las cuales no tenían una identificación como variedad y tenían su propio código genético.

Detalló que su señor padre, el ingeniero Cano Flores, continuó con sus estudios sobre las variedades de mango, entre ellas encontró una variedad en el predio de don Ataulfo Morales, ubicado en la 7ª norte, entre central y primera oriente, fue ahí donde se encontraron cinco árboles con las características que necesitaba el ingeniero agrónomo, por lo que “previa autorización por el director general del Instituto Mexicano del Café, Miguel Ángel Cordera Pastor, quien se encontraba en las oficinas centrales en la Ciudad de México, se inician los estudios necesarios de la producción de los frutos, hasta las características organolépticas entre otros parámetros agronómicos del producto, que generaban cada uno de los cinco árboles de mango, y dentro de estos se seleccionó el mejor árbol que fue el número dos, quedando registrado como la variedad I.M.C M2”.

Puntualizó que los árboles seleccionados en el 1960 eran adultos, y tenían un edad aproximada de 20 años, además, el predio donde se encontraban perteneció a Manuel Rodríguez Pérez, y fue adquirido por Ataulfo Morales en 1946.

Debido a la complejidad del nombre del proyecto I.M.C M2, para referirse a esa variedad de mango, se comenzó a utilizar el nombre “Ataulfo”, con el cual es conocido en la actualidad el fruto.

Cano de la Torre, informó que tiempo después, se implementó una huerta madre en el campo experimental Rosario Izapa, y “por primera vez se enseña a trabajadores del instituto y de esta región a recolectar y sembrar las semillas de mangos criollos principalmente los denominados coche y amate, que servirían de patrones, después a recolectar las varetas porta yemas del árbol 2 del ataulfo, para ser injertados en los patrones y realizar esta reproducción asexual del mango”.

Así mismo, de la Universidad de Gainsville, Florida, en Estados Unidos, se obtuvo algunas variedades de mango que los técnicos especialistas en genética y reproducción vegetal desarrollaron en laboratorio, entre ellas: Tommy, Hayden, Kent, Zill, entre otras, variedades que sirvieron para comparar el mango “Ataulfo”.

Años después, al tener un vivero de mangos ataulfo, así como de las otras variedades importadas de Estados Unidos, comenzó su siembra en la Costa de Chiapas, y los primeros agricultores en sembrar ese fruto fueron Alfonso y Carlos Renovales, Francisco González Juaristi, Luis Gómez, entre otros. Fue hasta la década de 1980 que el mango ataulfo se consolidó como un cultivo propio de la zona.

El éxito de la investigación del ingeniero agrónomo, Héctor Cano Flores, provocó que otros estados de la república mexicana, incluso otros países del mundo buscarán adjudicarse el mango ataulfo, pero fue en 1998 siendo secretario del campo del gobierno del estado de Chiapas, Librado de la Torre González, cuando se solicita la denominación de origen, por lo que se entrega toda la documentación que sustenta la investigación del mango ataulfo, además, el gobierno de Chiapas compra el predio de la séptima norte entre central y primera oriente, a los herederos de don Ataulfo Morales, y se entrega a la fundación Produce, que promueve la fruticultura de la región, en especial del mango ataulfo.

Así en el año 2002, se logra de manera oficial la denominación de origen de mango ataulfo, y es hasta el 2018 que se embarca el primer empaque con la garantía de la denominación de origen del fruto creado en Tapachula, Chiapas por el ingeniero Héctor Cano Flores.

MANGO PREVIO AL COVID

Ante la canícula y el cambio climático, el entonces presidente del consejo regulador de la calidad de mango ataulfo en el Soconusco, Alfredo Cerdio Sánchez, expresó que las lluvias podrían beneficiar los productos frutales, por lo que “esperamos que no sea severa la canícula, para así mejorar los suelos, y esperamos que sea un buen año”.

Explicó que las lluvias si son continuas para el 2019, podría mejorar la producción y cumplir con la calidad que exigen los mercados internacionales.

Detalló que se exportan 22 mil toneladas a Estados Unidos, ocho mil a Canadá y 2 mil toneladas a Europa, de los cuales, el “30 por ciento va para el mercado de exportación, el 70 por ciento es para el mercado nacional, México es un buen consumidor de mango, y por lo que condiciones de externas no cumple con la calidad de apariencia, pero la pulpa está muy bien, se está aprovechando para la industria nacional, para deshidratados, para jugos, para congelados, así que estamos aprovechando la mejor cantidad de fruta de la región”.

Así también, mencionó que existen varios proyectos para que se puedan dar un valor agregado y transformar el mango desde el Soconusco, y poder generar más riquezas para la entidad, así como para la región.

Por ahora, el mango ataulfo se mantiene como uno de los productos agrícolas más importantes de Chiapas, en especial de la región Soconusco, esto gracias al esfuerzo de cientos de personas que creyeron en la investigación del ingeniero agrónomo tamaulipeco, Héctor Cano Flores.

 

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